

El lavado de manos es una de las formas más simples y efectivas de prevenir enfermedades y proteger nuestra salud. Las manos son el principal vehículo para la transmisión de gérmenes, ya que estamos constantemente tocando superficies contaminadas.
Al lavarnos las manos correctamente, reducimos significativamente el riesgo de infecciones respiratorias, gastrointestinales y de la piel, beneficiando tanto a nosotros mismos como a quienes nos rodean. ¡Con solo un poco de agua y jabón, podemos hacer una gran diferencia en nuestra salud!
Se recomienda lavar las manos antes de comer, preparar alimentos o tratar heridas. También es esencial después de usar el baño, sonarse la nariz, toser o estornudar, tocar basura o cambiar pañales.
En general, cualquier momento en el que nuestras manos puedan haber estado en contacto con gérmenes es una oportunidad para priorizar nuestra higiene.
Lavar nuestras manos correctamente es esencial para que el proceso sea realmente efectivo. Estos son los pasos clave:
La técnica adecuada asegura que eliminemos los microorganismos más resistentes.
Cuando no es posible acceder a agua y jabón, los desinfectantes de manos a base de alcohol son una excelente alternativa. Estos productos, con al menos un 60% de alcohol, pueden eliminar una gran cantidad de gérmenes. Sin embargo, no reemplazan el lavado de manos en situaciones donde haya suciedad visible.
Además, llevar toallitas desinfectantes puede ser útil para limpiar nuestras manos cuando estamos fuera de casa, manteniendo nuestra higiene en cualquier lugar.
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